Recuerdo cuando a veces acompañaba a mi abuelo al supermercado y pasábamos por la sección de fruta. A él le encantaba la sandía, y en época veraniega nunca faltaba una en su casa. Pero lo curioso de todo esto era la manera que tenia mi abuelo para seleccionar la mejor pieza; tenía una técnica que a mí me resultaba de lo más curiosa.
Su sistema, según él infalible, consistía en endiñarles unos ligeros golpes con la mano a las sandías, de esa manera, escuchando el sonido que producían, mi abuelo era capaz de averiguar si la pieza de fruta en cuestión era buena o no, y la verdad es que acertaba.
No era una técnica demasiado refinada, pero normalmente la sandia estaba muy rica y mi abuelo y yo disfrutábamos comiendo juntos una fresca rodaja en los meses de verano. Eso le servía a mi abuelo para presumir como gran entendido en sandías, aunque yo siempre le solía quitar mérito para chincharle un poco.
Y es que así somos las personas, analizamos las cosas para conocer mejor su estado o su funcionamiento. Necesitamos tener datos para intentar entender o predecir algo, y una vez analizado saber si es lo que se adapta a nuestros gustos o necesidades.
Y exactamente lo mismo debemos hacer en bolsa con las acciones y las empresas donde invertimos: analizarlas.
Te sorprendería saber la gran cantidad de personas que invierten en bolsa sin hacer ningún tipo de análisis. Hay gente que compra acciones por motivos muy variopintos: porque ve que las acciones que compró su vecino están subiendo como la espuma, porque ha leído la recomendación de un gurú de las finanzas en el periódico, porque le han chivado que tal empresa va a subir mucho en los próximos días, porque la bolsa está subiendo mucho, por una corazonada…
O simplemente porque hay gente a la que le gusta apostar y ve en la bolsa un lugar fantástico para dar rienda suelta a sus necesidades de riesgo y adrenalina.
Pero no, en la bolsa no se puede operar como si estuvieras en una casa de apuestas.
Si no quieres comprar acciones como si echaras fichas en el casino, tienes que hacer una serie de análisis para saber si lo que estás comprando es bueno, bonito o barato.
En bolsa debes saber lo que compras.
Y para eso precisamente sirve el tipo de análisis que te voy a mostrar en este post: el análisis fundamental.
Vamos a ver un poco por encima en que consiste esta forma de analizar empresas y por qué es tan importante para los inversores a largo plazo.
El análisis fundamental
Con este método de análisis se trata de establecer la realidad económica y financiera de una empresa. Basándose para ello en el análisis financiero y el análisis económico que tiene como finalidad determinar el valor objetivo de la empresa.
El análisis fundamental es por tanto el sistema que se utiliza para conocer todos los detalles financieros de una empresa con el fin de saber si es una buena opción de inversión y si el precio al que está cotizando en la bolsa es un precio alto o bajo.
Con este tipo de estudio podrás conocer todos los entresijos económicos de una empresa: si está dando beneficios y cuantos, si tiene mucha deuda, si tiene buenos activos, de donde vienen sus ingresos, la relación de beneficios con el número de acciones que tiene en bolsa, que dividendo está pagando…
Una gran cantidad de datos que te servirán para hacerte una idea general del estado de la empresa, su viabilidad y su posible futuro, todo ello encaminado a saber si puede ser un buen negocio para invertir tu dinero.
Sobre todo debes tener presente que el análisis fundamental no es una ciencia exacta. Tiene más de arte que de ciencia, y mucho de intuición y psicología.
Además, tampoco hay una sola forma de analizar las empresas, y cada empresa tiene unas características diferentes.
Aún así, el análisis fundamental es un sistema muy útil y fiable para valorar las empresas y poder hacer inversiones de forma segura.
El balance, la cuenta de resultados y el estado de flujos de efectivo
Para conocer y analizar todos los números de una empresa tienes que dirigirte a su balance, su cuenta de resultados y su estado de flujos de efectivo.
En estos documentos encontrarás todas las cuentas de una empresa.
Las empresas cotizadas están obligadas a hacer públicas sus cuentas auditadas a través de estos documentos. Los puedes encontrar normalmente en la propia página web de las empresas o en la página web de la Comisión Nacional del Mercado de Valores.
Vamos a verlos en más detalle.
El balance
El balance nos permite conocer la situación financiera de la empresa en un momento determinado: nos dice lo que tiene la empresa y lo que debe.
Es la radiografía o la foto que se le hace a la empresa para ver su estado.
En ella podrás ver los activos, los pasivos y el patrimonio neto de la compañía.
- Los activos son todas las cosas que tiene la empresa y que tienen algún valor, como sus fábricas, sus inmuebles, sus terrenos, su maquinaria… También todas sus inversiones, todo aquello que pone en marcha el negocio de la sociedad.
- Los pasivos son todas las deudas que tiene la compañía: la financiación ajena.
- El patrimonio neto serían los activos menos los pasivos, esto nos daría el valor contable de la empresa: su valor teórico. En este concepto se encuentra también el dinero puesto por los accionistas y el dinero que ha ido generando la empresa y ha quedado como reservas.
La cuenta de resultados
La cuenta de resultados refleja una imagen de cómo se ha efectuado la actividad de la empresa durante un ejercicio.
En la cuenta de resultados se detalla el resultado de la gestión de la empresa como consecuencia de las operaciones ordinarias que realiza de forma habitual el negocio.
En este documento se muestra el funcionamiento del negocio de una empresa, básicamente sus ingresos y sus gastos, los cueles reflejarían si la empresa obtiene beneficios o pérdidas.
Podemos encontrar en ella los resultado de explotación, que están formados por los ingresos y gastos directamente atribuibles a la actividad de la empresa. También el resultado financiero, formado por los ingresos y gastos vinculados a las actividades de inversión y financiación.
Los ingresos son las cantidades directas de dinero que ha obtenido la empresa por la venta de sus productos o servicios, mientras que los gastos son las cuantías de dinero que ha tenido que utilizar la empresa para conseguir esos ingresos, como por ejemplo el coste de los bienes vendidos, el transporte, los salarios, los intereses e impuestos.
Todo esto da como resultado el beneficio neto.
En definitiva, la cuenta de resultados nos informa de cómo ha sido la actividad de la empresa al final de un periodo de tiempo.
Relación entre el balance y la cuenta de resultados
El balance y la cuenta de resultados de una empresa están totalmente relacionados.
Los beneficios que obtiene una empresa, y que están reflejados en la cuenta de resultados, muchas veces se utilizan para realizar nuevas inversiones y crear activos o para ir pagando y amortizando deuda, lo que quedaría reflejado en el balance.
Por lo tanto, los resultados que obtengamos en la cuenta de resultados afectan al balance, y posteriormente el balance afecta en la cuenta de resultados.
Vamos a verlo con un ejemplo.
Si una empresa obtiene beneficios debido a su negocio, ese beneficio neto puede ser utilizado para comprar nuevos activos para la compañía, como puede ser una nueva fábrica. Esa fábrica pasaría a contabilizarse en el balance como un nuevo activo, lo que hace aumentar el valor de la compañía, y ese nuevo activo previsiblemente hará que la empresa gane más dinero y aumente al año siguiente el apartado de ingresos en su cuenta de resultados.
Podemos poner el mismo ejemplo pero con una empresa que tenga pérdidas. La cuenta de resultados de la compañía refleja pérdidas por su actividad de negocio, esas pérdidas serían reflejadas como deuda en el balance. La deuda y sus intereses, los cuales están apuntados en el balance, tendrían que pagarse al año siguiente y afectarían en la cuenta de resultados al aumentar los gastos de ese ejercicio.
El estado de flujos de efectivo
Además de los otros dos documentos, existe un tercero denominado estado de flujo de efectivo.
Suministra información sobre las bases para evaluar la capacidad que tiene la empresa para generar efectivo y el equivalente a éste, así como sus necesidades de liquidez.
Se separa en tres datos principales:
- Flujos de efectivo de las actividades de explotación. Es el dinero que entra y sale de la compañía por el desarrollo normal de la actividad de la empresa: los ingresos por la producción o comercialización de sus bienes, o la prestación de servicios. También los gastos, como pagos de servicios públicos, nóminas, impuestos, inventarios o cuentas pendientes. Los flujos de efectivo procedentes de las actividades de explotación determinan las pérdidas o ganancias netas.
- Flujos de efectivo de las actividades de inversión. Representa el dinero que la empresa usa para inversiones y compra de activos, lo cual se reflejaría como una cifra negativa. También quedarían reflejadas las desinversiones, que serían las ventas de activos de la compañía, que aportaran una cifra positiva a las cuentas. Lo normal es que las cifras de las actividades de inversión de la empresa sean negativas, eso quiere decir que la empresa está gastando parte de su dinero para realizar nuevas inversiones, lo que le podrá proporcionar mayores ganancias en el futuro. Una empresa que no invierte no puede crecer.
- Flujos de efectivo de las actividades de financiación. Las actividades de financiación hacen referencia a la adquisición de recursos para la empresa, que bien puede ser de terceros, como por ejemplo la emisión de deuda; o por parte de sus socios, como ampliaciones de capital. Por el contrario, el saldo es negativo cuando se amortiza deuda o la liquidez disminuye, por ejemplo con el pago de dividendos. De este modo, cuando una empresa se está endeudando, el flujo de efectivo de financiación será positivo, y cuando está pagando sus deudas, el flujo de efectivo de financiación será negativo.
Cuándo utilizar el análisis fundamental
En el análisis fundamental se utiliza información contable y financiera para tratar de calcular el valor real de una empresa, todo ello para poder averiguar el precio objetivo de la acción.
Por lo tanto, el análisis fundamental debe ser utilizado por todas aquellas personas que sigan una estrategia de inversión en bolsa a largo plazo.
Lo primero e imprescindible para invertir en bolsa es tener una estrategia clara. Una vez que se tiene una estrategia de inversión a largo plazo se debe utilizar el análisis fundamental para averiguar que empresas son las idóneas para incluir en la cartera.
No existe un sistema exacto para valorar las empresas, de hecho, cada persona puede sacar unas conclusiones diferentes una vez analizados los datos contables de una empresa.
El motivo por el que se usa el análisis fundamental en las inversiones a largo plazo es fácil de entender: con este sistema se conoce el estado, la salud y la proyección futura de una empresa. Es la forma de saber si estamos invirtiendo en un negocio de gran valor, o si por el contrario se trata de un negocio ruinoso y abocado al fracaso.
El análisis fundamental en la inversión en dividendos
Como no podía ser de otra manera, para el inversor en dividendos el análisis fundamental es de vital importancia.
Este tipo de análisis sirve para poder elegir las empresas que mejor se adaptan a esta estrategia.
El análisis fundamental te dirá si la empresa es solvente, si tiene unos beneficios estables, si paga dividendos, desde cuando y si lo hace de forma creciente, si la empresa tiene potencial de crecimiento…
Un inversor en dividendos debe buscar empresas que sean grandes, sólidas y solventes, a poder ser con poca deuda, que tengan buenos flujos de caja, con un buen historial de pago de dividendos y que cuiden al accionista.
Estás serían las características que debes tener en cuenta a la hora de tener en cuenta una empresa para incluirla en tu cartera de dividendos. Además, debes fijarte si la empresa está a buen precio y su rentabilidad por dividendos es razonable.
Resumen
Como ya has visto, el análisis fundamental es un sistema de análisis de empresas que sirve para conocer el estado financiero de las compañías. Su uso es imprescindible para todo inversor a largo plazo.
Con el análisis fundamental podrás elegir las empresas que mejores números tengan en función de la estrategia de largo plazo que tú sigas.
Para analizar las empresas debes dirigirte a su balance, su cuenta de resultados y su estado de flujos de efectivo, donde aparecerán todas las cuentas auditadas de la compañía. Estos documentos son públicos y puedes encontrarlos a través de internet.
Para realizar el análisis fundamental de una empresa no se necesita una gran formación, es algo que está al alcance de cualquiera, pero sí se necesitan unos mínimos conocimientos.
En este artículo te he presentado el análisis fundamental de manera introductoria. En próximos posts iré profundizando sobre este tema para que puedas hacer tus propios análisis y elijas así las empresas que más apropiadas te parezcan para tu cartera.
Te recuerdo que en internet encontrarás mucha información sobre análisis de compañías, así que si no quieres realizar tú mismo los análisis de las empresas puedes encontrar blogs donde otras personas te facilitan el trabajo. Eso sí, tener unos pequeños conocimientos sobre análisis fundamental te serán muy útiles para formarte tu propio criterio. Ya sabes que el análisis fundamental no es una ciencia exacta y cada persona tiene unos criterios diferentes a la hora de analizar, así que lo mejor siempre será que tú mismo puedas sacar tus propias conclusiones.
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Y esta ha sido la introducción al análisis fundamental. Si quieres aprender más y conseguir todos los conocimientos para analizar tú mismo las empresas, no olvides dejarme tu mail y apuntarte en la lista de suscriptores para que te mantenga actualizado sobre los nuevos artículos.
Verás que con unos mínimos conocimientos dentro de poco podrás analizar empresas por ti mismo.
Un saludo.