Cómo sobrevivir en el nuevo mundo laboral que se avecina

El mundo cambia cada vez con mayor velocidad.

La mayoría de personas piensan que el mundo en el que vivimos es estático, que solo sufrimos unos pequeños cambios con el tiempo, pero que todo sigue más o menos igual; pero eso no es cierto.

Los seremos humanos tenemos una forma de ver el mundo cortoplacista: no vemos la vida en perspectiva.

Puede que hoy estemos viviendo uno de los cambios sociales, políticos y económicos más acelerados de la historia.

Sin embargo, la mayoría no repara en ello, simplemente viven el día a día, dejándose llevar por la marea y viendo el mundo desde un prisma ya obsoleto, fruto de unas creencias y educación ya caducas en el tiempo.

En este artículo voy a hablar del futuro que se nos avecina, de los cambios que ya están empezando a producirse en nuestras vidas y cómo podemos adaptarnos mejor a esta nueva era de cambio en la que nos estamos adentrando.

Conocer y prepararse para el futuro es la única forma de sobrevivir en esta nueva época de cambios.

Puede que en este artículo leas cosas que no te va a gustar escuchar. Puede que ofenda tus creencias más profundas, pero eso sin duda será una buena señal, porque no hay mejor forma de aprender y evolucionar que transgredir creencias ya preestablecidas.

Este artículo está escrito desde la perspectiva de un millennial, nacido en el año de Naranjito, y que se crió viendo a Espinete en una pequeña Telefunken.

Las tres eras de la historia

Voy a empezar por el principio.

Antes de empezar a contar lo que se nos avecina, voy a hacer un pequeño repaso de donde venimos: cómo eran las cosas hace un tiempo.

El mundo no siempre ha sido como es hoy, por lo tanto, es bueno echar la vista atrás y ver cómo eran las cosas antes para entender cómo la gente se ganaba la vida, que nivel de riqueza existía, quiénes acumulaban la riqueza y ver como los cambios económicos han ido modificando nuestra sociedad.

Pero tranquilidad, que no voy a empezar hablando de cómo vivía el hombre de las cavernas ni voy a dar una clase de historia explicando toda la revolución industrial.

Voy a resumir y condensar una idea de una forma simple, tomándome licencias históricas, para poder explicar así fácilmente de donde venimos y hacia dónde nos dirigimos.

La era agraria – La época de nuestros abuelos

Parece algo sucedido hace largo tiempo, pero en realidad no ha transcurrido tanto.

Muchos tenemos aún abuelos con nosotros que pueden atestiguar como era la vida en su época joven.

En la era agraria la mayoría del trabajo se realizaba en el campo a través del cultivo o el pastoreo.

La mayor parte de la población vivía en zonas rurales donde consumían sus propios productos o comerciaban e intercambiaban vienes en el comercio local.

Era una época donde para ser rico se necesitaba tener tierras.

Aquel que tenía más tierras, era el que podía cultivarlas o rentarlas para conseguir aumentar su riqueza.

Las tierras eran los activos de aquel tiempo.

Los terratenientes eran los ricos de la época, y en muchas ocasiones eran los que tenían a jornaleros trabajando para ellos a cambio de un salario.

El resto vivía en una casa, con un pequeño huerto, y algo de ganado donde subsistía por sus propios medios.

Esa era agraria es prácticamente la de toda la historia de la humanidad, donde la tónica habitual ha sido la escasez, el hambre y la miseria… Hasta que llegó la revolución industrial.

La era industrial – La época de nuestros padres

Como he dicho, no hace tanto tiempo de esa época agraria; de hecho, los padres de mucha gente de mi generación han llegado a vivirla en su juventud.

Mis tíos, por ejemplo, me han contado muchas veces historias de su juventud en el pueblo, cuando llevaban a las ovejas por las eras, y eso cuando ellos tan solo tenían 14 años.

Sin embargo, esa época, la de nuestros padres, es una época de cambio.

La mayoría de ellos en su juventud abandonaron las zonas rurales y se trasladaron a zonas urbanas donde se ofrecían nuevas oportunidades de ganarse la vida.

Mi abuelo paterno abandonó su trabajo de electricista en la mina para trabajar como portero en una elitista urbanización de Madrid.

Mi abuelo materno dejó los campos de un pueblo de Guadalajara para disfrutar de su retiro junto a todos su hijos en el barrio de Vallecas.

De esta forma, mis padres y mis tíos tuvieron la oportunidad de adentrarse en una nueva forma de ganarse la vida.

La era industrial trajo nuevas fábricas e industrias. Ahora la gente podía ser asalariada de una compañía con un sueldo y un horario fijos en lugar de trabajar por su cuenta en el campo.

Poco a poco se fueron creando nuevos sectores empresariales y nuevas industrias que cada vez podían absorber más mano de obra.

A su vez, la maquinaria y la tecnología iban evolucionando consiguiendo cada vez mayores niveles de productividad.

En la época industrial los ricos ya no eran los que tenían tierras, si no los que tenían industrias. Los ricos eran los dueños de las fábricas y los negocios, los que vendían productos y tenían factorías con cientos de empleados.

En la época industrial los ricos eran los que tenían los medios de producción.

El mundo había cambiado, y se había pasado de una economía agraria a una industrial.

Se había construido una gran masa de personas de clase media que ahora disfrutaban de una vida cómoda gracias a sus empleos que les permitan comprar cada vez más productos y servicios que a su vez generaban más empleo y riqueza.

Y esta era ha ido evolucionando y llegando hasta nuestros días, pero hoy lentamente está empezando a desaparecer, de la misma forma que murió la era agraria de nuestros abuelos, y así poco a poco está dando paso a un nuevo paradigma.

La era de la información – La era de los millennials: nuestra era

Bueno, y aquí nos encontramos, en el futuro que se ha convertido en presente.

La gente de mi generación, los llamados millennials, hemos nacido a caballo entre el final de la era industrial y el inicio de la era de la información.

Nuestros padres han pasado su vida con una protección laboral sin precedentes: empleos fijos en grandes empresas, buenos salarios, un sistema de gran protección social, y muchos de ellos disfrutan hoy de una buena pensión pública.

Pero todo eso ya está dejando de ser así.

El mundo está cambiando.

De manera inexorable y sin pausa estamos pasando de una época industrial de seguridad en el empleo y trabajo para todos, a una era de la información de movilidad laboral y de auto empleo.

Una época en la que la tecnología hace el trabajo de las personas y donde las viejas empresas mueren para dar entrada a nuevos gigantes tecnológicos y digitales.

Cuando yo era estudiante recuerdo que se nos explicaba en clase de ciencias sociales que General Motors era la empresa más grande del mundo.

Era el gran símbolo de la era industrial: una empresa fabricante de coches, el gran estandarte de la clase media americana y mundial.

Hace muy poco, con el cambio de era, General Motors se fue a la quiebra, y hoy en día podemos ver que la empresa más grande del mundo es Google.

La empresa más grande del mundo hoy es un buscador en internet.

Google factura hoy miles de millones de dólares y lo hace dando servicios digitales a millones de personas en todo el mundo de manera gratuita.

Sí, sí. ¡Gratis!

¿Alguna vez has pagado un solo euro a Google por alguno de sus servicios? Seguro que no.

Sin embargo, usas su buscador, sus mapas mundiales, su traductor, su sistema operativo Android en tu smartphone, sus cuentas de correo Gmail…

Google es el ejemplo de que el mundo ha cambiado, y también son ejemplo Amazon, Uber, Facebook, Netflix… Estas son las grandes compañías mundiales a día de hoy, todas empresas ligadas a la información y las nuevas tecnologías.

Como se puede apreciar, en la nueva era de la información los ricos ya no necesitan tener tierras, ni tampoco fábricas ni medios de producción.

Para ser rico en esta era de la información solo necesitas una buena idea. Solo eso.

Cómo adaptarse a la era de la información y el mundo laboral del futuro

Estamos en un momento de transición, y los momentos de transición siempre son dolorosos; las personas que piensan que las cosas son turbulentas ahora mismo, se van a sorprender mucho de lo que está por venir. Carl Benedikt

Hoy en día con una buena idea, un ordenador y conexión a internet puedes crear un imperio empresarial como los nombrados anteriormente.

Hoy miles de personas crean pequeñas empresas digitales (Startups) que revolucionan el mundo aunque sea a pequeña escala.

En la era de la información ya no vale eso de estudiar, buscar un trabajo fijo para toda la vida en una gran empresa, y pasar los años haciendo lo que te mandan hasta jubilarte y cobrar una pensión pública.

Hoy en día el mundo está encaminado hacia la cooperación de personas en pequeños proyectos puntuales.

¿Quiere decir esto que ya no habrá gente con trabajos estables que trabaje en grandes compañías?

Claro que no. En la era industrial había gente que seguía trabajando en el campo, sin embargo, su número se redujo considerablemente gracias a las máquinas que produjeron un aumento de la productividad.

Un campesino ya podía labrar la tierra con un tractor en lugar de con un buey, y podía recoger su cosecha con una máquina cosechadora sin necesidad de tener a cientos de personas recogiendo los frutos de forma manual.

Esta revolución industrial es la que ha conseguido mejorar los niveles de productividad a niveles casi inimaginables hace pocas décadas.

Toda la riqueza y la buena vida que tenemos hoy se la debemos a la revolución industrial, una revolución que va a más con la nueva era de la información y la revolución tecnológica, digital y de internet.

La cuestión es que, en la era de la información, seguirá habiendo algunas personas trabajando a sueldo con empleos más o menos estables en fábricas y factorías, pero ese trabajo cada vez será menos común.

En el futuro, todos esos empleos los realizarán máquinas, y ya lo estamos viendo a día de hoy.

La explosión tecnológica.

La revolución digital hace que los empleos del futuro vayan casi en su totalidad orientados hacia las nuevas tecnologías.

Si el trabajo duro lo hacen las máquinas, a los humanos solo les queda adaptarse y formarse para nuevas tareas más complejas y específica.

Esto está cambiando tan rápido que el año que viene por ejemplo habrá nuevas profesiones que aún no existen hoy.

¿Cómo puede solucionar el mundo académico y la educación pública esta cuestión?

Sencillamente no puede. La autoformación también es parte esencial en este nuevo mundo.

Eso de estudiar, conseguir un título académico y olvidarse de formarse de por vida, ya no es posible.

La autoeducación será fundamental para sobrevivir en la era de la información.

Hoy disponemos de una fuente prácticamente inagotable de información que es internet.

Un desconocido en la otra punta del plantea puede enseñarte trigonometría en unos videos de YouTube mejor que lo puede hacer tu profesor en la escuela. Esto es una realidad hoy.

Las escuelas y las universidades han pasado a ser lugares de enseñanza obsoletos e ineficientes.

El futuro es la autoeducación.

Ya no te van a preguntar «¿Qué estudios tienes?», te van a preguntar «¿Tú qué sabes hacer?».

Los robots y el desempleo

Otra de las cuestiones importantes en el futuro laboral es la irrupción de los robots.

Los robots ya existen desde hace mucho en el mundo laboral, pero con la nueva explosión tecnológica es un fenómeno que va a más. Es imparable.

Hay que tener presente que si tu trabajo puede hacerlo el día de mañana un robot o un proceso informático, tú irás al paro.

No suena muy bonito, pero esto es así.

En la revolución industrial en el siglo XIX, los ludistas, los artesanos de la época, protestaron amargamente y con grandes revueltas sociales contra esas máquinas y nueva industria que según ellos les robaba el trabajo.

Las cosas no han cambiado demasiado hasta hoy en día. Desde la revolución industrial las máquinas no han hecho otra cosa que mejorar la productividad y remplazar empleos físicos a otros de mayor cualificación.

Hoy los robots de todo tipo sustituyen a miles de personas en muchas empresas y fábricas.

Las máquinas sustituirán a la práctica totalidad de personas con trabajos de poca cualificación y bajo valor añadido.

Nadie sabe aún exactamente por dónde van a ir los tiros en este aspecto. Tal vez simplemente los robots seguirán haciendo los trabajos más duros y desagradecidos y se originarán nuevos empleos en otras nuevas industrias o sectores como puede ser el mantenimiento de esos robots.

Quién sabe.

O tal vez acabemos como en la película de Disney Pixar, WALL E, en la que los humanos son todos unos obesos que no mueven ni un solo dedo porque las máquinas hacen todo el trabajo por ellos.

Lo que está claro es que muchas personas tendrán que adaptarse laboralmente a los cambios que vienen.

Cada vez iremos hacia un mundo con menos seguridad laboral y los trabajadores y las empresas tendrán que adaptarse a los cambios tan rápidos que se originan en el mundo empresarial y laboral.

El autoempleo

Si como vemos, cada vez más trabajos serán hechos por robots, a los seres humanos no les queda otra que usar su ingenio y utilizar las herramientas a su disposición.

Esto es algo que ya se está viendo a día de hoy.

Cada vez hay más casos de personas que emprenden su propio proyecto personal.

Son muchas las personas que hoy en día abren su propio negocio online para vender algunos de sus productos personales u ofrecer determinados servicios.

Ya sea una tienda de zapatos, una pastelería con envío a domicilio, una tienda de manualidades, una tienda de productos exportados de China, trabajos de diseño…

Esos son pequeños proyectos, pero podemos ver a emprendedores como los creadores de Just It que crearon una empresa de éxito de reparto de comida a domicilio que hoy cuesta varios millones de euros.

O los creadores de la empresa Hawkers, que hoy facturan millones de euros vendiendo gafas de sol por internet.

Estos son casos reales de personas que han triunfado a pequeña escala con un negocio que les da para vivir, o con un gran proyecto de millones de euros.

También tenemos plataformas como Geniuzz donde la gente vende sus servicios a otras personas a través de internet, o Tutellus, donde puedes vender tu conocimiento en forma de tus propios cursos online.

El futuro va por ahí.

Todas estas formas de ganarse la vida eran impensables en la anterior era industrial.

Sé que emprender no es fácil, que los millennials, y sobre todo los españoles, estamos educados para estudiar, conseguir un empleo fijo y esperar a la jubilación; pero todo eso tiende a acabarse.

El futuro pasa hoy por el emprendimiento personal, y muchas veces con negocios online o relacionados con las nuevas tecnologías.

El cambio de mentalidad va a ser duro para mi generación, y de hecho ya lo está siendo, pero hay muchas personas valientes y espabiladas que están saliendo  adelante en esta nueva era con sus propias ideas y negocios.

Cada vez veremos a más personas buscando esta salida laboral.

Resumen

Ya hemos visto por encima de donde venimos y hacia donde vamos.

Antes de la revolución industrial, en la era agraria, la vida era dura y la única forma de sobrevivir era en el campo. Los ricos eran los que tenían las tierras.

Después de la revolución industrial todo ha ido cambiando; vino la era industrial donde las máquinas supusieron una mejora de los medios de producción y la productividad, creando nuevos productos y empleos. Fue una época de gran cambio y muy disruptiva, pero que ha mejorado de manera notable el mundo en el que hoy vivimos. En aquella época los que podían ser ricos eran los que poseían las fábricas o los medios de producción.

Hoy nos adentramos en una nueva era: la era de la información. Pasamos de una revolución industrial a una revolución tecnológica. Las nuevas tecnologías están volviendo a crear un periodo de gran transformación y disrupción que afecta en lo social, lo laboral y lo económico. Una época de cambios acelerados en la que la única opción es adaptarse para poder sobrevivir, ya que lo pasado no va a volver. Una época llena de oportunidades y donde para conseguir la riqueza solo es necesario tener una buena idea.

Para sobrevivir en la nueva era de la información hay que tener presente estas cosas:

  • Cada vez habrá menos seguridad en el empleo y la movilidad laboral será la tónica dominante.
  • La mayor movilidad laboral conllevará una mayor movilidad geográfica, y el establecerse y echar raíces en un lugar para toda la vida será algo menos habitual e incluso muy contraproducente.
  • La educación formal cada vez tendrá menos peso y la auto formación continua será esencial.
  • Las personas con mayor cualificación tendrán más fácil cambiar de industria o sector en este nuevo mercado laboral mucho más dinámico.
  • Muchos proyectos empresariales serán desarrollados por parte de trabajadores independientes que colaborarán con otras personas con otros conocimientos y habilidades para desarrollar proyectos puntuales, todo alejado del concepto de trabajo por cuenta ajena en una gran compañía.
  • Los robots y las máquinas harán la mayor parte del trabajo manual, por lo cual los trabajadores tendrán que especializarse en tareas concretas de alto valor añadido.
  • El emprendimiento a través de la creación de negocios digitales será una de las salidas laborales más habitual.
  • La economía colaborativa irá cada vez a más, ofreciendo cada vez mayores oportunidades de relación mutuamente beneficiosa entre personas, tanto consumidores como emprendedores.
  • La creatividad y lo artístico serán un nicho de mercado para los humanos, ya que esas habilidades no pueden ser sustituidas por máquinas.
  • Seguirán existiendo trabajos en el campo y en las fábricas, pero cada vez serán menos numerosos.

Conclusiones finales

Hay que ser optimistas.

Estamos experimentando un proceso de gran cambio y transición, y como todo proceso de cambio estoy seguro de que no será fácil, sin embargo, se abre un mundo lleno de oportunidades que ahora más que nunca están al alcance de todo el mundo.

Nunca ha sido tan fácil para tanta gente emprender y crear una forma de enriquecerse y prosperar en la vida.

Ya no se necesita poseer tierras, fábricas o un gran capital.

Cualquier persona con una pequeña idea podrá desarrollarla con poco dinero, que ese dinero sea aportado por pequeños inversores particulares, cooperar con otras personas y emprendedores, y que esa idea pueda ser construida en un medio digital.

Para muchas personas de mi generación este proceso de cambio será muy duro.

De hecho, son gran cantidad las personas que hoy se resisten a aceptarlo y luchan contra lo que se avecina, quejándose amargamente a los políticos y fomentando así el auge de los populismos.

Muchos hemos sido educados en la cultura de la era industrial: estudia, busca un empleo fijo, compra una casa y el día de mañana cobra tu pensión pública.

Pero ese sistema ya no es válido.

Aquel que no sea capaz de asumirlo y aceptarlo vivirá frustrado el resto de su vida, y lo que es peor, puede llegar a verse excluido socialmente por no haber sabido adaptarse a este nuevo mundo.

Me da mucha pena ver a tanta gente de mi generación quejarse y pedir soluciones a los políticos, pero a la vez contemplar como no hacen nada por mejorar sus vidas ni abrir su mente al cambio.

Siento como si fueran jóvenes con mentes de viejos.

Y lo que más me inquieta es que muchos pretenden inculcar esas mismas ideas a sus hijos.

Les educarán con las reglas de un mundo que ya no existe.

Espero que esos niños nacidos hoy sí sepan integrarse a la era en la que han nacido: la era de la información.

Ellos son los precursores de lo que está por venir. Esta nueva era es la suya.

Recuerda: lo vivo cambia, y lo que no cambia, muere.

*****

Bueno, ya has leído mi artículo, ahora solo te pido una cosa… No creas nada de lo que te he contado.

Así es. Soy consciente de que todo lo escrito puede no ser cierto, puede no suceder o puede que no estés en absoluto de acuerdo con mi visión de las cosas, así que no me creas. Forma tu propia idea del mundo y de las cosas. Yo solo te he mostrado mi punto de vista.

Eso sí. Yo estoy convencido de todo lo que te he contado, y por lo tanto viviré intentando adaptarme a la nueva era en la que entramos. Lo que tú hagas con tu futuro solo depende de ti.

Sobre todo piensa, aprende, observa y sé crítico. Forma tu propia opinión y construye tu propia vida.

Sea como sea espero que al menos mi artículo te haya parecido interesante.

Un fuerte abrazo,
Alvaro.

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