A estas alturas seguro que ya habrás oido hablar un poco de Bitcoin.
Aunque también puede que no sepas muy bien qué es o para qué sirve.
Si es tu caso, puedes pasarte antes por un artículo que escribí hace tiempo donde explico qué es el Bitcoin.
Y tanto si conoces Bitcoin, como si no sabes muy bien qué es, puede que este artículo te sea de utilidad.
En él te voy a contar mi propia experiencia invirtiendo en esta criptomoneda y mi historia personal de por qué vendí todos mis Bitcoins.
El inicio
Si eres de los que como yo ha seguido un poco el devenir de esta criptmoneda, seguro que recuerdas la gran subida de precio que tuvo allá por diciembre de 2017 llegando a cotizar a la increíble cifra de 19.000$.
Y si has seguido un poco su cotización desde entonces, conocerás también el proceso de caída paulatina desde esos máximos.
Yo soy una de esas personas que han seguido al Bitcoin durante todo este tiempo con curiosidad, tanto desde un punto de vista tecnológico como también inversor.
Y fue fruto de esa curiosidad y seguimiento que en julio de 2017 me decidí a realizar una pequeña compra de esta criptomeneda.
Tuve suerte, porque compré cuando cotizaba a unos 1.900$.
Mi idea desde el principio siempre fue comprar Bitcoins y guardarlos por largo tiempo.
Algo parecido a lo que hace quien compra oro físico para guardarlo con la intención de venderlo cuando se revalorice o mantenerlo como una reserva de valor.
Y cuando me refiero a guardarlos bastante tiempo me refiero a 10 o 20 años, como buen inversor con mentalidad a largo plazo.
La verdad es que siempre he mirado al Bitcoin como una tecnología incipiente, pero a la que aún le queda mucho recorrido y aún más incertezas.
Mi visión era, por lo tanto, comprar un activo que esperaba se revalorizara en el tiempo.
El hecho de que el Bitcoin fuera un elemento escaso y no replicable lo hacían interesante para mí, porque entendía que si al final Bitcoin conseguía tener utilidad real y demanda, su precio subiría como la espuma.
A día de hoy sigo pensando muy parecido, pero entonces…
¿Qué ha cambiado para que haya vendido todos mis Bitcoin?
Euforia y primeras dudas
He de decir lo primero que también soy el causante de que mi pareja adquiriera Bitcoins.
Durante mi proceso de aprendizaje y seguimiento del Bitcoin iba comentando con ella todo lo aprendido.
Y debí ser muy apasionado en mis explicaciones, porque finalmente la contagié de mi entusiasmo y también se animó a comprar.
Al final los dos abrimos una cartera individual e hicimos esa pequeña compra de Bitcoins.
A partir de ahí nos olvidamos de los Bitcoin y los dejamos reposando plácidamente en nuestras billeteras electrónicas.
Esperando que dentro dentro de unos lustros abriéramos esas billeteras y nos encontráramos una cantidad de “criptodinero” importante.
Y pasaron los meses, y el Bitcoin se empezaba a hacer famoso y por lo tanto no paraba de crecer.
Su cotización se disparaba y parecía no tener fin.
Algunos gurús de las criptomendas pronosticaban que el Bitcoin llegaría ni más ni menos que al millón de dólares.
Para alguien que tenga un poco de bagaje en la inversión, esos sucesos y todos esos comentarios le harían pensar en una gran burbuja.
Sin embargo, lo novedoso de este activo y el no poder valorarlo desde el punto de vista fundamental, a veces hacía dudar de si era realmente una burbuja o un tren que se dejaba escapar.
Yo en aquel momento me mantuve firme; me propuse guardar mis Bitcoin por largo tiempo y así seguiría.
Y eso que una venta en aquel momento me hubiera reportado unos buenos beneficios.
Era tal vez una apuesta, muy arriesgada e irracional posiblemente.
Sin embargo, mi pareja no tenía la misma visión de largo plazo que yo.
Ella pensaba en vender, al menos una parte, y recuperar la inversión inicial.
Pero entre esas dudas al final pasó la etapa de euforia y ni ella ni yo vendimos nuestros Bitcoins.
Los mantuvimos siguiendo con el plan original.
Fase de miedo
Una vez superada esa etapa de euforia, volvimos a olvidarnos de nuestros Bitcoins.
Seguimos con nuestra vida pero con la sensación de tener guardado un activo que valía bastante dinero.
Sobre todo mucho más dinero que cuando lo adquirimos.
Pero pasaba el tiempo y poco a poco y sin casi darnos cuenta el Bitcoin caía y caía de precio de manera lenta pero inexorable.
Yo no le di mucha importancia.
Pensaba que ya recuperaría; al fin y al cabo yo iba a largo plazo.
Pero siguió pasando el tiempo y ya era evidente que el Bitcoin había perdido mucho de su valor.
Al menos desde los precios de máximos.
Y en esta ocasión surgió de nuevo la conversación entre mi pareja y yo sobre qué hacer con los Bitcoin.
Ella, con menos experiencia en inversiones bursátiles, pensaba que había llegado el momento de vender y recoger ganancias antes de que la cotización siguiera cayendo.
Y ciertamente algo de razón tenía, pues la tendencia no era muy esperanzadora.
Yo, sin embargo, seguía empecinado en mantener y pensar a largo plazo.
Seguía pensando que Bitcoin es una tecnología de futuro y que sus bondades y utilidad se verían dentro de unos cuantos años, y que ahí tendría su explosión.
Y después de esa etapa de reflexión cada uno llegamos a una conclusión diferente.
Mi pareja decidió vender y recoger beneficios, y yo esperar y confiar en Bitcoin.
Pero entonces se nos presentó una desagradable sorpresa.
La tragedia
Una vez que mi pareja decidió vender sus Bitcoins, fue en busca de su cartera electrónica, la cual estaba guardada en su ordenador, concretamente en el que usa para su trabajo.
Pero, un momento… ¿Dónce está la cartera de Bitcoins?
¡Mierda!
Había guardado sus Bitcoins y se había olvidado de ellos, pero se olvidó tanto que hacía unos meses que había formateado su ordenador.
Bueno, bueno; calma.
No pasa nada.
Por si tú no lo sabías, al crear una cartera o monedero de Bitcoin se te facilita una especie de clave con varias palabras que se denomina semilla.
Solo había que volver a instalar el monedero electrónico, introducir la clave semilla y recuperar los Bitcoin.
La cosa era sencilla.
¡Pero maldición!
Algo no funciona.
Seguimos los pasos para recuperar la cartera y los Bitcoin pero los Bitcoin no aparecen.
¿Cómo puede pasar esto?
Revelación final
Como te he contado a lo largo de este artículo, siempre he sido un apasionado de Bitcoin y lo que su tecnología blockchain significa.
He creído siempre que Bitcoin puede ser un instrumento muy útil y disruptor en el futuro y que su valor podría llegar a ser muy alto.
Sin embargo, la mala experiencia con la cartera de Bitcoins de mi pareja me hizo replantearme las cosas.
Mis conocimientos de informática y criptomonedas no son muy altos, pero me defiendo con bastante soltura.
Soy lo que se suele llamar nivel usuario avanzado.
Pero todo este mundo de las criptomonedas, sus carteras digitales y su forma de almacenar y transferir divisas digitales me resulta demasiado técnico y enrevesado.
Parece que Bitcoin y las criptomonedas están solo reservadas a un reducido grupo de conocedores de la informática y las tecnologías.
El incidente con la cartera de Bitcoins de mi pareja me hizo darme cuenta de que Bitcoin aun no es algo utilizable por el común de los mortales de una manera cotidiana y segura.
Si cualquier persona normal es capaz de perder su dinero de una forma tan tonta y de no ser capaz de recuperarlo, está claro que el modelo de Bitcoin no llegará nunca a hacerle frente a otras divisas u otros medios de pago o reserva de valor.
Así nunca llegará a ser algo amado y utilizado por millones de personas en el mundo.
Este incidente me hizo replantearme las cosas, y por ese motivo me decidí finalmente a vender todos mis Bitcoins.
Así que vendí, recogí beneficios, y pensé que si Bitcoin mejorara de alguna manera su usabilidad en el futuro ya habría momento de volverlos a comprar.
A día de hoy he perdido un poco esa fe en las criptomonedas como medio disruptor y de cambio, aunque sigo atento a su evolución y mantengo la esperanza.
Sigo pensando que las criptomonedas y la tecnología blockchain serán decisivas en el futuro, pero ahora observaré como llega ese momento sin poner mi dinero de por medio.
Conclusiones
A día de hoy seguimos intentando recuperar la cartera y los Bitcoin perdidos.
Es más un tema informático que cualquier otra cuestión, y el que tiene experiencia en pelearse con la informática ya sabe lo tedioso que puede llegar a ser.
En definitiva, espero que esta historia personal te haya resultado útil e ilustradora.
Te habrá servido seguro para hacerte una mejor idea de cómo es esto del Bitcoin y cuáles son los problemas de uso que hoy plantea.
En mi casa hemos tenido las dos caras de esta moneda, nunca mejor dicho.
Por una parte hemos conseguido una buena rentabilidad de algo más del 50% de la venta de mis Bitcoin, pero por la otra hemos perdido, al menos de momento, el 100% de la inversión de mi pareja.
No eran grandes cantidades, pero al menos nos ha servido como experiencia y también como escarmiento.
Aun así, seguiremos atentos a cuál es el futuro del Bitcoin y las criptomonedas.
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¿Y tú? ¿Has tenido alguna experiencia parecida invirtiendo en criptomonedas? ¿Has tenido alguna otra inversión con la que te pegaste un buen susto?
Si tienes alguna buena historia que contar recuerda que puedes dejarla más abajo en los comentarios, me encantará leerla.
Un brazo y buena inversión.